Bueno, pues os cuento, hace muchos muchos años mi madre se puso a cortar la sangre. Cuando yo le pregunté a mi madre que que era lo que cortaba y me dijo que sangre, le dije "que asco, eso yo no lo como", y mi padre (que como todos los padres son sabios) me dijo "no digas nunca que asco a una comida, si quieres la pruebas y si no nada", y yo opté por probarla. Cual fue mi sorpresa cuando no solo me gustó, sino que me encantó!!!
Aquí estamos cómo siempre, esta comida en mi casa no la come nadie, pero a mis papis y a mí nos encanta, así que la hago para los tres (cuando vivía puerta con puerta con mis cuñados, compraba más porque a Alfonso también le gusta).
INGREDIENTES:
-1/2 kg. de sangre
-750 gr. de cebolla
-Un buen chorreón de aceite
-Sal
-1 tetrabrick de tomate frito
MANOS A LA OBRA:
En una sartén grande (yo he cogido una paellera) pongo el aceite y las cebollas finamente laminadas. Las pongo a pochar y si queremos que se hagan antes le ponemos una tapadera, estamos muy pendientes moviéndolas de vez en cuando. Se nos tienen que poner blanditas, y mucho cuidado que no se quemen.
Cuando ya estén listas las cebollas añadimos la sangre, cortada en trozos medianitos, volvemos a añadirle sal, pero no mucha (siempre es mejor que esté sosa a que nos pasemos y nos quede salada). Ahora hay que estar muy atentos, removiéndolo todo, porque se hace en muy poco tiempo Cuando veamos que ya está hecha la sangre le añadimos el tomate. Dejamos que hierva un poquito y listo.
Ya veis fácil barato y rico, quién da más???
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